Ventosas
Siente alivio con el poder curativo de las ventosas
¿Sufres de tensiones, dolor de espalda o molestias crónicas? Tal vez ya hayas probado muchas cosas, pero el dolor siempre vuelve. Tu cuerpo te está indicando que necesita apoyo. Las ventosas pueden ser un método eficaz y natural para aliviar el dolor, favorecer la circulación sanguínea y aumentar tu bienestar.
La historia de las ventosas:
Las ventosas son un método de tratamiento milenario que tiene su origen tanto en la medicina tradicional china (MTC) como en la naturopatía europea. Ya en el antiguo Egipto y Grecia se utilizaba esta técnica para aliviar el dolor y las congestiones en el cuerpo. La presión negativa en las ventosas estimula el flujo sanguíneo y linfático, lo que ayuda al cuerpo en su proceso natural de curación.
Áreas de aplicación de las ventosas
Las ventosas pueden ayudar con una gran variedad de dolencias, entre ellas:
- Tensiones y dolor de espalda
- Dolores de cabeza y migrañas
- Trastornos circulatorios
- Problemas digestivos
- Debilidad inmunitaria
- Molestias relacionadas con el estrés
- Contracturas musculares
Gracias a la mejora de la circulación sanguínea y a la activación selectiva del tejido, este método puede contribuir a aliviar tus molestias de forma suave.

Así funcionan las ventosas
En las ventosas, se colocan vasos de ventosas especiales sobre la piel, en los que se crea una presión negativa mediante calor. Esto hace que el tejido se succione suavemente y mejore la circulación sanguínea.
Existen varias técnicas:
- Ventosas secas: Los vasos de ventosas permanecen sobre la piel durante un tiempo determinado para favorecer la circulación sanguínea.
- Ventosas húmedas: Tras una pequeña incisión en la piel, se colocan los vasos para drenar la sangre estancada.
- Masaje con ventosas: Los vasos se mueven sobre la piel para liberar tensiones profundas.
El método se adapta individualmente a tus dolencias, para que experimentes el mejor efecto posible.
Duración y desarrollo del tratamiento
Una sesión de ventosas suele durar entre 30 y 60 minutos. Dependiendo del cuadro clínico, un único tratamiento puede aliviar los síntomas, o se necesitan varias sesiones para lograr una mejora duradera. A menudo, ya se observa un alivio significativo después de unos pocos tratamientos.
