Terapia con sangre autóloga – solo en Alemania
Fomenta la curación con tu propia energía vital
¿Te sientes a menudo agotado, sufres dolores crónicos o tienes la sensación de que tu cuerpo está «bloqueado»? ¿Has probado ya muchos tratamientos diferentes sin encontrar un alivio duradero? La terapia con sangre autóloga podría ser un valioso apoyo para ti. Utiliza tu propia energía vital para regenerar el cuerpo, fortalecer el sistema inmunitario e impulsar su proceso de curación. Este método puede ayudarte a activar tus poderes de autocuración y a aliviar las molestias a largo plazo.
Sobre la historia de la terapia con sangre autóloga
La terapia con sangre autóloga es un método de curación tradicional que tiene su origen en la antigüedad. Ya en siglos anteriores, los curanderos conocían el poder curativo de la propia sangre. El famoso médico Paracelso (siglo XVI) ya utilizaba terapéuticamente el principio de la «sangre autóloga». En el siglo XIX, el método se desarrolló aún más y hoy en día se utiliza como uno de los métodos curativos alternativos reconocidos. Para ello, se extrae tu propia sangre y se reintroduce en el cuerpo de forma selectiva para apoyar el proceso de curación y activar el sistema inmunitario.
Áreas de aplicación del método de tratamiento
La terapia con sangre autóloga se utiliza sobre todo cuando el cuerpo no es capaz de regenerarse por sí solo de forma suficiente. Se utiliza especialmente en los siguientes casos:
Enfermedades crónicas: reumatismo, artrosis, dolores crónicos
- Inmunodeficiencia: infecciones frecuentes, debilitamiento del sistema inmunitario
- Enfermedades de la piel: acné, neurodermatitis, psoriasis.
- Fatiga y agotamiento: síndrome de fatiga crónica, astenia primaveral
- Alergias: fiebre del heno, alergias alimentarias
- Trastornos circulatorios: sensibilidad al frío, problemas venosos
- Trastornos de la cicatrización de heridas: cicatrización lenta tras operaciones o lesiones

Sobre el método de tratamiento
En la terapia con sangre autóloga, se te extrae una pequeña cantidad de tu propia sangre. A continuación, se procesa y se vuelve a inyectar en determinados puntos, normalmente bajo la piel. El cuerpo reconoce la propia sangre como «extraña» y reacciona con una reacción inmunológica, lo que desencadena procesos de curación. A menudo, este tratamiento se realiza en varias sesiones para lograr el efecto deseado. La terapia con sangre autóloga es suave y, en muchos casos, también puede aplicarse en combinación con otros métodos curativos.
